Page 168 - El magisterio y la vida en verso y prosa
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Rimando en prosa




            I. Tortillas con manteca

               Si  hay  algo  que  nos  distingue  en  la  República  entera  son  nuestras
            blancas tortillas que semejan ser de seda, cuando salen calientitas, porque
            unas manos morenas las deslizaron en el comal sobre el fuego de la leña.


            El maíz de nuestra tierra tiene el matiz de las perlas o es dorado como el
            oro que sus destellos refleja.


            Si tan sólo es sancochado, lo mismo se saborea que cocido en pibinal por
            debajo de la tierra.


            Somos hombres del maíz, eso dice la leyenda que relatan los abuelos de
            esta gran cultura ancestra. Nuestra gente lo cultiva, lo cosecha y lo venera
            porque  sabe  que  es  el  pan  que  nos  regala  la  tierra.  ¡Esta  tierra  que  es
            fecunda, que es pródiga y placentera y recibe a sus visitas con tortillas
            calientitas con su sal y su manteca!

            II. La bondad de la tierra...


            En Yucatán, los cenotes, esos acuíferos mantos que nos regala la tierra,
            son la sangre de sus venas que amorosa nos ofrenda, resguardada entre
            paredes de misteriosas cavernas. Se ha dicho que nuestro suelo es calcáreo
            y  pedregoso,  pero  sólo  es  apariencia,  porque  en  realidad  es  fértil,
            generoso  y  lo  demuestra,  prodigándonos  sus  frutos,  enverdeciendo  las
            siembras que nuestros hombres del campo, laboriosos las fomentan. Ella, a
            cambio, los resguarda con las frondas de sus ceibas y le adorna sus senderos
            con bicolores almendros y las jacarandas nuestras.


            Como si aún nos debiera, nos ha dado el henequén, con esas sus largas
            pencas, que como verdes estrellas apuntan al firmamento que límpido las
            contempla.  La  madre  naturaleza  ha  bendecido  esta  tierra;  cuidémosla
            pues, amándola y manteniendo su esencia, sin contaminar su suelo, sin



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