Page 164 - El magisterio y la vida en verso y prosa
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Muchos de ellos optaron por tener parejas extramatrimoniales, para lograr
            un hijo varón, pero aún existía el concepto de hijos legítimos e ilegítimos,
            así que no podían lucir abiertamente este logro, si lo hubiesen tenido, sobre
            todo si eran practicantes de algún culto religioso. El divorcio era también
            mal visto por la sociedad en su conjunto.


            Las madres de los esposos en aquel entonces tenían tanta influencia en la
            vida de los hijos casados, que cuando una pobre nuera era infértil, nunca
            les pasó por la imaginación a estas señoras que podía ser su hijo el que
            padeciera esta infertilidad; se les hacía más cómodo y natural tildar a las
            hijas políticas con el ofensivo calificativo de muías, e incluso de machorras,
            por no poder engendrar un hijo.

            En esta sociedad regida por hombres en todos los ámbitos sociales. las
            mujeres siempre estuvieron en desventaja.


            Afortunadamente la ciencia ha avanzado mucho y varias de estas incógnitas
            biológicas  se  han  despejado. Ojalá  que  todos  estos  conceptos  ya  sean
            historia antigua; que la sociedad siga evolucionando favorablemente, para
            que ambos géneros puedan disfrutar de su sexualidad. Que los jóvenes
            actuales aprendan desde niños a respetarse mutuamente.


            Que  la  educación  sexual  deje  de  ser  un  tema  tabú  para  padres  y
            maestros. Que les enseñemos a nuestros niños que el órgano reproductor
            que  ambos,  hombres  y  mujeres,  traemos  al  nacer,  no  está  diseñado
            únicamente para darnos placer sensual; esto es nada más una parte del
            proceso;  que  sepan  que  la  consecuencia  de  la  segunda  fase,  la  cópula,
            puede traer como consecuencia la fecundación de un nuevo ser humano,
            niño o niña, el cual merece ser amado y respetado, familiar y socialmente
            desde su concepción.


            Por  eso,  cuando  no  se  tiene  la  edad,  la  responsabilidad  ni  los  medios
            económicos para hacer frente a este enorme compromiso moral y social
            de traer un hijo al mundo, se debe evitar intimar con alguien en iguales
            o parecidas condiciones, sin tomar las precauciones debidas para evitar
            un embarazo. Afortunadamente en la actualidad existen múltiples medios



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