Page 160 - El magisterio y la vida en verso y prosa

Un ejemplo vivo de una sociedad disciplinada que trabaja en equipo para
lograr su objetivo es una colmena sin duda. Un típico cuadro de amor
maternal es una gata criando a sus gatitos, etc.

Los humanos tenemos defectos y virtudes, aciertos y desaciertos. Somos
parte de una especie animal a quien la naturaleza dotó de la capacidad de
razonar sobre todo lo creado y sobre nuestras propias acciones.

En lo personal llevo ocho décadas disfrutando de lo maravilloso que es
vivir rodeada de otros seres que comparten con nosotros este bello espacio
llamado tierra. Y estoy segura, que esa felicidad y esa comprensión de
ideas y sentimientos positivos que me unen al mundo se relacionan con los
cuentos, fábulas y pequeños versos alusivos que, a través de la sensibilidad
de mi madre me los transmitía desde que tuve uso de razón y se quedaron
en mí para siempre.

Comparto con ustedes algunos:

I
La abejita da la cera, la abejita da la miel,
que busca en la enredadera, en la rosa y el clavel.
¡Imita tú a la abejita que trabaja con fervor,
desde muy de mañanita, hasta que se oculta el sol!

II
¡Mira el árbol, que a los cielos, sus ramas
eleva erguido, en ellas columpia un nido
donde duermen tres polluelos! ¡Ese nido es
un hogar, no lo rompas, no lo hieras, sé bueno
y deja a las fieras, el vil placer de matar.

III
¡La flor más pequeña mira, y a la naturaleza admira!

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