Page 190 - El magisterio y la vida en verso y prosa
P. 190
Las estaciones radiodifusoras eran para aquel tiempo emisoras de música
en vivo; es decir, el noventa por ciento o más de la música que en ellas se
escuchaba provenía de conjuntos musicales que tocaban y cantaban en
vivo en los estudios o los teatro estudios, que cada difusora tenía.
La televisión estaba en pañales en todo el país, de modo tal, que muy
contadas personas o familias en la ciudad de Mérida y otras capitales
estatales recibían la señal visual en sus aparatos, que no estaban, por su
costo, ni de casualidad al alcance de cualquier bolsillo. De modo que era
la radio local en cada estado la que proyectaba a sus artistas locales y
organizaba todo tipo de eventos culturales, sociales, musicales, etc.
Una de las estaciones de radio más antiguas y más populares de nuestro
medio en aquellos ayeres fue (y lo sigue siendo) la XEFC, de don Rafael Rivas
Franco, que tenía por costumbre organizar sus posadas navideñas, abiertas
al público, el cual asistía en abundancia. Familias enteras, madres con sus
niños y todo esto con un ambiente de fiesta. Los patrocinadores donaban
sus productos, si eran comestibles, de uso doméstico, de perfumería, ropa,
calzado, en fin...
Cada noche se rompían piñatas, se repartían dulces, se rifaban objetos;
total, la gente de los barrios cercanos al centro, como el mío, que era el
Barrio de San Marcial, aunque adscrito a la parroquia de Santiago, por eso
nos sentíamos santiagueros y convivíamos con amigos y vecinos cantando
los villancicos navideños tan hermosos, guiados por las voces de Himelda,
Ketty y el piano, a veces de la maestra Loida Loria Prado, Rubén Estrada
Cámara, la maestra Judith Pérez Romero y no sé cuántos artistas más.
A mí me llevaba Ketty y disfrutaba yo de aquella algarabía navideña,
como no he vuelto a ver jamás, ni en los actuales estudios de televisión.
Toda la gente cantaba y se escuchaban sus voces por la radio, para orgullo
de sus familias y amigos.
188