Page 29 - El magisterio y la vida en verso y prosa
P. 29
En la cultura maya la luna era como en la griega y la romana, una figura
netamente femenina.
Para las mujeres mayas, el marcado simbolismo de la diosa de la luna
como madre, femenina, joven, plena de fertilidad, que en los códices es
clasificada como la diosa I,UJ –IXIIK o IXCHEEL, que corresponde a la
luna llena. También se le representó como una anciana identificada como
la diosa CHAKCH´EEL o IXCHEL–YAX; sabia, de pechos enjutos y que
representa a la fase decreciente de la luna.
En el ámbito de la creación la diosa lunar desempeñó el papel de crucial
importancia pues, fue la partera que hizo posible el nacimiento del Dios
del maíz, así como el nacimiento de los hijos de éste, o bien la encargada
de los niños y del arte de los tejidos, actividad que realizaba con maestría.
En las imágenes se integró una de las características más sobresalientes
de la luna: el cambio. Se le observa como una deidad femenina, puesto
que las mujeres mayas tuvieron un papel determinante en el mito maya
de la creación, en la formación y crecimiento de la sociedad, a través de
la familia, de la que eran totalmente responsables y también detentaban
importantes puestos políticos, en su posición de encargadas y cuidadoras
de los herederos.
Por si ya se les olvidó, el título del presente ensayo o charla literaria es
Devaneos amorosos con la luna como testigo de cargo y descargo.
Definimos primero la palabra devaneo.
El diccionario de sinónimos dice que un devaneo es también: un amorío,
un galanteo, un coqueteo, un cortejo, un idilio, una conquista amorosa, un
enamoramiento, un noviazgo… Y como 20 palabras más que van por el
mismo sentido.
27