Page 64 - El magisterio y la vida en verso y prosa
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Si todos en América Latina sintiéramos así por nuestras respectivas patrias,
            la historia del continente sería realmente otra, no obstante colindar con los
            Estado Unidos de Norteamérica.


            Haciendo  un  censo  equitativo  de  prohombres  destacados  en  todas  las
            áreas del saber y el quehacer humanos, los nacidos en este grupo de países
            de habla hispana sumaríamos muchos más puntos de excelencia que los
            migrantes de todo el mundo que habitan en el país vecino.


            Tal vez la vieja Europa en general habrá marcado el rumbo a algunas
            naciones en ciertos momentos de su historia, pero a nosotros, no ha sido
            precisamente España la que nos ha dado ejemplos significativos a seguir.


            De  hecho,  ha  sido  superada  en  muchos  renglones.  Al  menos  en
            Latinoamérica nos libramos de las monarquías hace muchos años.


            Podremos  haber  tenido  dictadores  algunas  veces,  o  incluso,  seguirlos
            teniendo cada dos que tres, pero éstos no pueden presumir de prosapia
            alguna, pues serán siempre villanos de oropel; imitadores de otros villanos
            que en el mundo han sido, por tanto ni siquiera tienen el mérito de la
            originalidad.


            No obstante la distancia en el tiempo y en espacio, Mafalda, con sus seis
            añitos, todavía provoca en mí sensaciones y emociones muy válidas, pues
            revive lo más profundo de mí carácter de maestra, formadora de futuros
            ciudadanos, que tan urgidos están de que los educadores les mostremos el
            rumbo, con estrategias didácticas amenas y comprensibles en las que se
            destaque el concepto de patria en forma vivida y congruente.


            Hacerles sentir que este espacio en que habitamos, donde se encuentra su
            domicilio, la calle que recorre a diario, el ámbito de su escuela que comparte
            con sus amigos y profesores, todo lo que le da sentido de pertenencia a un
            lugar, son fragmentos pequeñitos de su patria, su territorio, su solar nativo.
            No sé..., pero es urgente.








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