Page 37 - El Sembrador de esperazas
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Limpia tu armario
Se acercaba Navidad y el frío lo anunciaba a su manera. Veía cómo
la gran mayoría de las familias compraban adornos y los colocaban
en sus casas, parecía que no había distinción entre ricos y pobres…,
sus rostros reflejaban esperanza y fe.
Habían sido temporadas difíciles y sólo pensaba en salir de deudas.
A pesar de haber superado todos los problemas de enfermedad
y de circunstancias problemáticas, me sentía abrumado. A cada
momento negativo, junto con mi esposa le habíamos dado vuelta,
aún así, me sentía con cierto desasosiego.
Los regalos que ese año no podía dar me imprimían un sentimiento
de impotencia. Todos esperaban el regalo habitual que mi esposa les
hacía llegar, los difíciles problemas que pasé, estaban casi superados
y yo sintiéndome mal por no poder regalar nada, nadie lo sabía,
pero así era. Mis éxitos eran muchos, estar vivo era el más grande…,
no rendirme era un verdadero milagro.
Llegaron las cartas de los nietos para Santa Claus y las peticiones de
algunos niños vecinos…, y mi mente no encontraba cómo resolverlo.
No es que no tuviera, la situación era que todo estaba acordado para
cumplir con los compromisos.
Tomé las llaves de mi auto y decidí visitar a mis padres. La alegría de
ellos al verme, derritió toda duda y renació la fe.
—Limpia tus armarios y gavetas —me dijo mi padre. Tira lo que
se ha convertido en basura para ti, —remató categórico, sin
darme tiempo a responder.
Después de regresar a casa hice lo recomendado…, como buen hijo,
empecé a revisar mis armarios, closets y gavetas. Saqué todo lo
que me pareció inservible, le di orden al caos invisible que estaba
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