Page 38 - El Sembrador de esperazas
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escondido en los espacios olvidados por la cotidianidad y pude
obtener recursos para conceder varios deseos.
Pasaron algunos días y volví con alegría para decirle a mi padre
que había hecho lo propio. Pensando en la felicitación que siempre
venía por ser un hijo obediente.
Al comentarle la hazaña de encontrar muchas cosas inservibles, en
vez de felicitarme, agregó… Deberías hacerlo también en las gavetas
de tu mente y tu corazón.
Y aquí estoy.
¡Poniéndole orden al caos!
¡Mi padre sabía ver mi corazón!
Al contármelo mi hermano de vida, después de que se retiró, hice
lo conducente. No se imaginan cuántas cosas inservibles encontré.
Y comprendí que para que llegué la bendición…
¡Hay que sacar todo lo que ya no nos sirve!
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