Page 59 - Entes y apariciones entre nosotros
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Al llegar, me fui caminando entre los árboles con mi tío, decidiendo
cuáles serían los que derribaríamos, estaban muy altos, mientras, su
ayudante bajaba la motosierra del coche y verificaba que estuviera
lista, entonces mi tío Sergio tomó la herramienta, la encendió y
empezó a cortar, yo guardé una distancia prudente, estaba viendo
hacia dónde caería, ya que el próximo me tocaba a mí.
Cuando mi tío sintió que ya estaba el árbol por ceder, volteó a verme
y me sonrió, como diciendo, ya está listo. En ese momento, todo
se detuvo, sentí mucha adrenalina en mi cuerpo, pero el tiempo
empezó a pasar muy despacio, escuché claramente cómo el tronco
crujía, el gigante caía lentamente, pero algo salió mal, no sé qué pasó,
pues en su descenso, el árbol giró y desgraciadamente se derrumbó
sobre mi tío.
Me quedé estupefacto, no sabía qué hacer, mi cuerpo no funcionaba,
así que, en una explosión de desesperación corrí hacia el vocho, lo
arranqué y me dirigí lo más pronto que pude hacia la casa, para que
la familia nos auxiliara, todo fue tan rápido que ni siquiera recordé
que no sabía manejar.
Muchos fueron los que llegaron a ayudar, pero desafortunadamente
para mi querido tío, mi amigo, mi confidente, mi entrañable Sergio,
ya era demasiado tarde, al momento de caer el árbol terminó con
su vida, por más que trataron de auxiliarlo, ya nada podía hacerse,
dicen que no sufrió, que pereció al instante.
El verano ya no fue lo mismo, una gran pena invadía a la familia y
más a mí. Perdería todos esos momentos alegres que pasaba con mi
tío, esas bellas tardes, esas idas al bosque, definitivamente ya nada
sería igual. El tiempo empezó a pasar sin sabor, sin ganas, lo único
gratificante fue ver cuánta gente vino a despedirse de mi querido
tío, sí que lo estimaban, era el menor en la familia de mi mamá,
muchas personas nos acompañaron.
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