Page 64 - Entes y apariciones entre nosotros
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Terrible deseo




               No hijo, no debes hacer eso, le decía preocupada doña Clara
            a Julián mientras cenaban. Eso no es un juego, es peligroso. Sin
            embargo, su hijo, sólo la escuchaba, tenía metida en su mente esa
            idea desde hace algún tiempo y no pensaba dar marcha atrás.


            El siguiente día era viernes y Julián había planeado que, después
            de clases, investigaría lo más que pudiera para aprovechar el fin
            de semana que iba a estar solo, y tener esa experiencia que tanto
            le inquietaba. No le importaban en absoluto las pláticas que había
            tenido con su mamá, pensaba que los adultos siempre quieren evitar
            la diversión, así que se fue a la cama con su plan bien trazado.


            El viernes, una vez terminadas sus actividades escolares y
            aprovechando que su mamá trabajaba hasta tarde, Julián tomó su
            computadora y empezó a buscar en internet todo lo referente a esa
            tabla con la que quería tener un encuentro, curiosamente, en las
            páginas donde encontró información, siempre se saltaba la parte en
            donde estaban las advertencias, se iba directo a las indicaciones de
            uso.


            Todo le emocionaba, más, saber que no necesitaba de algún
            compañero para jugarla, que podía hacerlo una sola persona, así
            que, después de horas de lectura, cerró su computadora y se fue
            a preparar su dinero, ya había visto en qué lugar la iba a comprar,
            todo estaba resuelto.


            Su mamá llegó de trabajar algo tarde, ya lo encontró dormido, volteó
            hacia todos lados dentro de la habitación de su hijo, su intuición la
            inquietaba, pero no vio nada raro, así que, le dio un beso en la frente
            y se fue a la cocina a cenar, llevaba esa preocupación metida en la
            cabeza, sabía que por más que le dijera que esa tabla era peligrosa,
            Julián no descansaría hasta comprobarlo por cuenta propia.




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