Page 60 - Entes y apariciones entre nosotros
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Con el paso de los días, las vacaciones terminaron, aunque nuestra
vida continuaba muy triste, tuve que regresar a la ciudad, así que me
despedí y tomé el camino de vuelta. Los días pasaban muy raros, no
tenía ganas de nada, no obstante, allá estaba, tratando de retomar los
estudios. Pensaba que era la pena la que me hacía tener esa pesadez,
y aunque intentaba disimular, creo que notaron que estaba mal, sin
embargo, no le conté a nadie mi tragedia.
Una tarde, mi amigo Marco me invitó a comer a su casa. La verdad
me sentía muy triste y por eso acepté, para tratar de retomar la vida,
así que le comenté que con gusto aceptaba, pues esa gran amistad
que teníamos me podía ayudar, además, aprovecharía para conocer
a sus papás, así que, al salir de la prepa, nos fuimos juntos a su casa.
Esa tarde, el destino me tenía deparada otra gran sorpresa, pues,
desde que llegué a la casa de mi amigo, sentía como que su mamá
no me quitaba la vista de encima, supuse que era por estar atenta a
la plática, pero no fue así. Terminamos la comida y nos quedamos
un momento más a la mesa y la mirada seguía, hasta que finalmente,
me hizo una pregunta que jamás olvidaré, pues sin más ni más me
dijo:
—¿Con quién vienes?
Me sacó totalmente de onda y sólo le contesté:
—Pues con Marco, su hijo, señora.
Entonces la mamá de mi amigo, sin detenerse a pensar, me hizo el
más espeluznante comentario:
—No, me refiero a que tú traes a alguien contigo, alguien que
viste morir.
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