Page 73 - Las gañas del perro y otras historias del lado oscuro
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—Recuerdas las horas extras y los cursos de capacitación los
                  sábados…


                —¡Ah!, claro —respondió él dándose cuenta de lo idiota que
                  había sido hasta ese día.


                —Te juro que las cosas se dieron de esta manera. No quería
                  lastimarte.


                —¿Sabes lo que tenía planeado para esta noche?


                —Sí, lo presentía. Por eso te estoy diciendo toda la verdad.
                  No  quiero  hacerte más  daño.  Lamento  que  esto  no  haya
                  funcionado, creo que lo supe desde el principio, pero tenía la
                  esperanza de enamorarme de ti con el tiempo. Nunca sucedió,
                  lo siento.


                —¿No tienes curiosidad de ver lo que te compré para esta noche
                  que esperaba que fuera especial?


                —Sonará muy torcido, pero me encantaría verlo, ¿puedo?


            Metió la mano en su bolsillo derecho y sacó un pequeño estuche
            de terciopelo azul, el cual comenzó a abrir tan rápido como sus
            temblorosas manos se lo permitieron.


                —Es hermoso —dijo  ella, para  después  mirarlo  tratando  de
                  ocultar la pena que sentía por él.


                —Pensé que había algo mágico entre nosotros.


                —La vida me ha enseñado que la magia no existe.


            Ella cerró lentamente la pequeña caja que él sostenía en la mano.




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