Page 81 - Preludio los días de mi juventud
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Gozar de esas atenciones, de ese cariño incondicional, nunca
            encontré  el  modo de pagarle,  más  que con mi incipiente arte
            guitarrístico. Lo que nos mantuvo unidos por muchos años, fue la
            palabra hablada de buen modo, ella sirvió de cordón plateado para
            alimentar la unión entre mis padres, mi abuela, mi Pachano y yo.
            Ellos me amaron con amor sincero, ardiente y profundo; ese amor
            lo he guardado en la parte profunda de mi alma, de mi mente y de
            mi corazón, el cual late más aprisa cada vez que los recuerdo; porque
            la familia es el tesoro más preciado que Dios me ha dado.






















































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