Page 13 - Topiltzin El pequeño Quetzalcóatl
P. 13
—¿Cómo es que llegaste hasta aquí?, —pregunté un poco más
tranquilo.
—Es una larga historia.
—¿Sabes que no es honorable tomar sin permiso los alimentos de
alguien y que eso es suficiente para cortarte las manos?
—Lo sé y lo siento en verdad, pero necesitaba ocultarme y comer
algo. Permíteme pagar mi falta.
Ya era tarde y estaba muy cansado, lo miré fijamente diciendo:
—¡Está bien, me ayudarás a preparar la carne de este venado,
mientras me cuentas lo sucedido! Si noto que me mientes
o intentas atacarme, te arrancaré el cuero cabelludo con mi
filoso pedernal y te arrojaré desde este barranco para que
los zopilotes te saquen los ojos y los coyotes devoren tu flaco
cuerpo.
No le quedaba de otra y sin dudarlo comenzó a ayudarme. Era muy
hábil, nunca imaginé que supiera tanto sobre cómo preparar la
carne, con su apoyo avancé mucho. La noche comenzó a caer, por
lo que prendimos fuego, asamos un poco de carne y comimos.
—¿Qué quieres saber de mí?, —rompió el silencio, como si
adivinara lo que pasaba por mi mente.
—¿Quiénes son tus padres?, ¿quién te enseñó nuestra lengua?
—Pregunté rápidamente, mientras curtía con cal viva el
precioso cuero del venado para que no se agusanara.
—Está bien, te hablaré de la palabra que me compartieron mis
abuelos…
11

