Page 33 - Donde vive la imaginación

—¿Quién te golpeó?

Él les cuenta que desde hace más de 10 años los ratones habían vivido
sin problemas en la farmacia, se alimentaban de las sobras de comida de
los empleados y de frutas, jugos y salchichas que ahí venden. Gracias a
los consejos de su abuelo un ratón muy inteligente, les indicaba la hora
y la forma de sacar la comida, para no dejar rastro alguno. —Siempre
hacemos un trabajo limpio, robamos un paquete entero de salchichas y nos
dura semanas, no actuamos como otros que ruñen los paquetes de comida,
por eso las personas no nos habían descubierto.

El día de ayer una vecina se descuidó y su pequeño bebé salió corriendo detrás
de una semilla de girasol. Un empleado de la farmacia lo vio y ahí empezó
la masacre, por todos lados hay trampas, comida envenenada, los ratones
muren a cada minuto, somos pocos los que quedamos.

—¡Es una desgracia la que están pasando! —grita Malena.

Ella suplica a su papá para ir a ayudar a los pocos ratones que quedan con
vida, pero la repuesta es una negativa. Aún débil, Eulogio queda dormido,
los ratones de la iglesia hacen reunión para pensar en algo para ayudar a
sus vecinos.

—En definitiva, no se puede hacer nada, si acudimos a ayudar corremos
el riesgo de morir en el intento —dice el papá de Malena a todos.

En realidad, están preocupados, pero no se animan a ir a la farmacia pues
pueden ser atrapados, o lo que es peor morir. Desde la cama, Eulogio los
escucha, enojado, frustrado, no sabe qué hacer, él se lastimó una pata, no
puede moverse para rescatar a su familia y amigos. Después de unas horas,
entra Malena para llevarle de comer, éste ya se dio cuenta de que le gusta,
sus atenciones y coqueteos son evidentes, astutamente la convence de ir a
ayudar en la farmacia, le da todas las señas de cómo entrar, le muestra los
escondites. Lo más importante es dar con la señora Juana y sus tres hijos, el
plan, es rescatarlos, traerlos a su nuevo hogar que será la iglesia.

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