Page 37 - Donde vive la imaginación
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como no pasará, está pensando seriamente en darle chance a la Olla de
Cocimiento Lento. También tenemos en nuestra cocina artefactos solteros,
que aún son jóvenes para enamorarse como: el Exprimidor de Jugos, el
Abrelatas y el Horno de Microondas. Todos sabemos que el amor es como
la harina en los pasteles: nunca puede faltar.
Desde que llegó el ramo de flores, vemos a Sarita cambiada, al parecer se
nos casa con don Prisciliano, sí descubrimos que así se llama el susodicho
que la tiene enamorada. En realidad nos da gusto, tenemos tantos años de
verla soltera que ya pensamos que le hace falta un esposo.
Tetera observa por la ranurita de la puerta cómo va la boda. Siendo ella un
artefacto pequeño, se da la habilidad de hacerlo.
—Nuestra Sarita está feliz, se ve hermosa con su vestido de novia—
dice.
Han pasado semanas desde la boda, en casa hay silencio, Sarita y su esposo
no han regresado de la luna de miel. Ya extrañamos el olor a pastel, la
sonrisa de ella al probar sus galletas de suspiros. Estamos pendientes a
cada minuto de la ventana, Licuadora vigila todo el tiempo, ansiamos que
nos dé la noticia de que Sarita se está bajando del taxi, que regresa al
hogar. La cocina está hecha un asco, hay mucho polvo por todos lados, el
olor a encerrado nos está volviendo locos, gritamos, nos desesperamos, nos
urge volver a hacer pasteles.
Hoy se escuchó con voz fuerte decir a Licuadora —¡Llegaron, llegaron!
Fue maravillosa la entrada de nuestra Sarita con su esposo a la cocina,
desde ese día todo volvió a la normalidad, ellos forman un buen equipo
cocinando pasteles, su negocio creció, tienen muchos lugares en donde
venderlos, Sarita los hornea y don Prisciliano se encarga de repartirlos en
las tiendas; a su cargo tienen tres camionetas y personas que les ayudan.
Compraron un horno grande especial para pasteles y artefactos más
industriales. Aunque casi no nos usan, estamos contentos, nosotros somos
parte del negocio, los iniciadores.
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