Page 34 - Donde vive la imaginación
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Sin titubear decide ir, Eulogio le cuenta que son su única hermana y sus
            sobrinos, Malena como es de esperarse, después de tantas atenciones
            con Eulogio, poco a poco se fue enamorando de él. Su amiga Julieta
            le pide que reaccione, que piense en que no lo conoce, en fin, ella por
            supuesto ignora sus palabras, decide ir a rescatar a su futura cuñada y
            sobrinos.


            La noche  del rescate, Malena  se prepara  con provisiones, debe  llevar
            suficiente  comida,  no  sabe  cuánto  tiempo  va  a  tardar,  es  importante
            mantenerse con la barriga llena porque sería presa fácil de los jamones
            y quesos envenenados; aunque su amiga Julieta está en contra, tuvo que
            ayudarla  a  cubrirla  con  sus  papás,  fue  fácil  porque  inventaron  que  se
            encerrarían a ver películas románticas por lo menos dos días.

            Con las indicaciones de su futuro esposo logró entrar a la farmacia sin
            que nadie la viera, pudo comprobar que la mayoría de los ratones han
            muerto, por su paso observa ratones calcinados por el envenenamiento,
            destrozados en partes por las trampas. Aquel lugar en verdad da tristeza,
            sin detenerse sigue su camino, por fin llegó al área de los refrigeradores
            donde Eulogio le dijo encontraría a su hermana y sobrinos, casi muertos
            de hambre sin fuerzas tuvo primero que darles de sus provisiones para
            reanimarlos, no podían hablar.


            Después de unas horas, logró acercarlos de uno en uno a la salida de la
            farmacia, tomó un carro de juguete lo empujó hasta llegar a la puerta de
            la iglesia. Cuando los ratones la vieron entrar se escuchaban ovaciones:
            ¡heroína! ¡qué valiente!  Los padres de  Malena  corrieron a recibirla,  la
            abrazaron con dos sentimientos, primero enojados por desobedecerlos y
            segundo felices por haber regresado viva.

            Eulogio despertó del escándalo que se escuchaba, con la ayuda de una
            silla salió a ver qué pasaba, cuando vio a su familia corrió a encontrarlos,
            abrazó a los tres ratoncitos, y a la ratona la tomó de sus orejas y le dio un
            efusivo beso chocando sus bigotes, tal pareciera que se tejía entre ellos la
            palabra amor. Los espectadores aplaudieron con mucha emoción, Malena
            se fue a refugiar dentro de la figura de barro de la Virgen de Guadalupe,


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