Page 35 - Donde vive la imaginación
P. 35

seguida de Julieta, la cual sin miramiento alguno le restregaba en sus orejas
            el engaño del que había sido víctima.


            Como siempre ella ignoró aquellas palabras que dolían, después de unas
            horas de estar encerrada en su casa, más decidida que con ánimo salió y se
            postró en el reclinatorio, suspiró tres veces y se imaginó vestida de blanco
            en el altar esperando a su medio ratón.

























































                                                                                 33
   30   31   32   33   34   35   36   37   38   39   40