Page 17 - El desarrollo de habilidades socioemocionales desde la práctica docente en preescolar
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Me decidí por la sonrisa de un niño, el espíritu de justicia y el deseo
de ejercer con vocación mi profesión, estudié las licenciaturas en
derecho y en educación preescolar, simultáneamente. Estaba ahí en
el nivel superior con más de 12 materias por semestre entre las dos
carreras, siendo mejor que aquella niña de segundo de primaria. En esa
travesía conocí a la maestra Adriana quien me enseñó, que el esfuerzo
te convierte en un profesional. Alicia, quien me apoyó y enseñó sin
ser condescendiente y Mariela, quien, por medio de su organización
y conocimiento profundo de sus alumnas, demostraba las horas de
esfuerzo extra que dedicaba al material, planificación y evaluación
en su desempeño docente, con la única finalidad de darnos equidad.
Posteriormente, el aprendizaje recibido fue de la maestra Lupita, quien
era titular del primer grupo de preescolar que atendí con la realización
de mi servicio social, verla coordinar a un grupo de 27 alumnos, sólo
con inteligencia emocional era fascinante, observarla en su desempeño
como docente y ver cómo se conducía al dar indicaciones amablemente
a los alumnos; sentada en círculo, esperaba al último alumno que tomará
su lugar y les preguntaba cómo se sentían y qué opinaban del tema; ella
realmente los escuchaba y comprendía; hacía de su retroalimentación
un discurso moral de cómo sentirse mejor, de cómo esforzarse más, y
cuán importante era cada uno de ellos.
En el lapso de mi vida escolar y ahora como profesionista, me di cuenta
que, aunque ya no fueran mis maestros, todos habían dejado un legado
en mí que me permitió darme cuenta de lo importante de las virtudes
de las personas, las relaciones humanas con el alumnado encaminadas a
mostrar la mejor versión de cada persona; la comprensión y empatía de
emociones propias y de los demás, el conocimiento profundo de nuestros
alumnos; de la importancia del liderazgo en nuestras aulas, así como la
toma de decisiones democráticas desde una perspectiva moral, la inclusión
para poder aminorar cualquier brecha de desigualdad entre los alumnos
y el aprendizaje, y la mediación en los conocimientos, el entorno y la
resolución de problemáticas que puedan presentarse, contribuyendo al
desarrollo humano, que permita la mejora de la realidad actual de nuestros
alumnos y de la sociedad.
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