Page 25 - El Sembrador de esperazas

El gran problema de querer cambiar a las personas
(Hay que aprender a amar para no pretender cambiar a nadie)

Ahí estaba nuevamente en ese sueño recurrente que muchas
veces me despertó a medianoche. Me pregunté otras tantas, ¿por
qué me sucedía a mí?, ya que no era seguidor de ninguna iglesia y
mucho menos tenía algo de santo. Con muchos defectos, pero feliz,
tratando de no dañar, buscando encontrar la felicidad bajo cualquier
circunstancia. Sentía mi vida perfecta y esto me hacía querer que
todos la tuvieran, sin embargo, me enojaba que las personas no
hicieran lo que yo creía que estaba correcto.

En la búsqueda de nuestra perfectibilidad, queremos que también
los otros se vuelvan nosotros, me comentó tiernamente, y esto me
obligó a expresar un ¿Cómo?, al no entender su mensaje completo.

Venimos a vivir, a ser felices, no a cambiar a otro, venimos a
desarrollar nuestro potencial.

Venimos a aprender, a dejar un mundo mejor.

A encontrar la luz en todo y en todos, cada quien tiene su tiempo, su
espacio, su ritmo y su supremo instante de amor eterno.

Despertaba con la fuerza para amar y disfrutar la vida, mas en unas
horas, el ansia de que todos vieran, pensaran y sintieran como yo,
volvía a hacerme pelear con todos y conmigo mismo. No encontraba,
por más que buscaba, lo bueno en todo y en todos. Mientras más lo
intentaba, más situaciones se me presentaban que vencían mi ánimo
y debilitaban mis fuerzas.

Cuando no te entiendan, trata de entender. Cuando hagan lo que a ti
no te gusta, piensa que tú lo hiciste, cuando te ofendan, siente lo que
otros sienten cuando tú lo haces. Cuando no te ayudan, recuerda
cuando no has ayudado, no intentes cambiar a las personas.

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