Page 64 - Docentes que transforman vidas que forman...
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¿Cómo es esto posible?, se preguntaban los neurocientíficos, cómo
            una persona es capaz de transmitir sutilmente su estado emocional,
            conectar cerebralmente, establecer una sincronía mediante el
            corazón, pero también a nivel hormonal. En las teorías de la
            comunicación se ha hecho énfasis en la comunicación verbal, no
            verbal y en el mensaje (paraverbal), pero que el corazón, el cerebro
            y las hormonas vibren en una sola armonía, y que ésta entre en
            frecuencia con quienes se interactúa parece de otro planeta.

            Si como docentes pensábamos que la triada educativa, es decir, la
            relación docente-estudiante-contenido (conocimiento) era suficiente,
            tal propuesta debe reconstruirse. Las neurociencias demuestran que
            las personas sincronizan en frecuencias que se transmiten, éstas se
            impregnan en una especie de compás y armonía. Es similar al golpeteo
            de una guitarra, en el cual las cuerdas comienzan a emitir la clave de
            sol y cuya vibración conecta con el cerebro, el corazón y hormonas,
            de quienes participan en la interacción, todo ello con el solo hecho de
            prestarle atención (sólo que la guitarra es nuestra presencia y lo que
            comunicamos es su totalidad).

            Al  parecer,  ser  una  buena  maestra  o  un  buen  maestro,  no  sólo
            requiere de los conocimientos técnicos y conceptuales, también
            deben conocerse a sí mismo y preguntarse, ¿qué estoy proyectando
            en este momento?, ¿qué transmito a mis estudiantes con mi
            presencia?, ¿qué estoy sincronizando con los otros?, pero, además,
            ¿cómo me sincronizo con el resto de las personas? Estar de pie frente
            a un aula, salón o auditorio exige algo más que el conocimiento y la
            preparación del discurso, hay que dominarse a sí mismo y ampliar
            la conciencia de mis estados de ánimo, de mis propios pensamientos
            cuando me dispongo a enseñar; por ende, la enseñanza es un acto
            de reflexión sobre mis formas de vida y sobre la sutil influencia de
            mi presencia en el acto educativo. En la figura 5 se muestran los tres
            componentes descubiertos por las neurociencias que permiten la
            sincronización.

            La propuesta del sept educativo es una construcción del autor de
            este libro, ésta es holística y en ella convergen la triada educativa,



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