Page 106 - Los objetos del poder
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de decisiones, por ello no poseía batallón propio, y prefería ser la segunda
            al mando dentro de otro escuadrón que no fuera el de su amado.


            Por otro lado, en Arabasta, Pílaf El Grande hablaba con Aldebarán, –¿cómo
            va todo en el campo de batalla?, ¿no ha habido desgracias qué lamentar?,
            Aldebarán tranquilamente dialogaba con Pílaf –he sido precavido, aunque
            ha habido muchos heridos, he procurado que no muera nadie, puesto que
            no he intensificado mi poder, aún así, perecieron algunos guerreros, pero
            la cantidad de defunciones es muy poca. Pílaf se sentía atrapado entre sus
            amigos mortales y su amigo inmortal.


            En el campo de contienda, al fin, Luna podía volar segura sin que el clima
            tan ostentoso la dañara, así que emprendió su viaje a Magna para avisar a
            las reinas de todo lo que acontecía, Luna era muy rápida, llevaba mensajes
            de un lugar a otro sin dificultad y a una velocidad impresionante, por ello
            era un elemento de suma importancia en cualquier lejano lugar a donde
            fuera Barto, ningún otro animal o humano llevaba o traía información a
            tan rápida velocidad, como esa bella águila.


            Las horas pasaban, mientras todos descansaban y ayudaban a quien lo
            requería, pero aún no se terminaba el tiempo estipulado, y al cavilar un
            poco, Barto decidió hacer algo insólito, ya era un experto hipnotista, y no
            existía registro alguno o compilación de manuscritos, obras o documentos,
            que refirieran si se podía o no hipnotizar a un ser inmortal, por lo cual
            decidió experimentar, llamó a Aldebarán con su libro e inmediatamente
            al aparecer, Barto comenzó con la sesión de hipnotismo, ni él mismo sabía
            qué sucedería.


            Durante el periodo de hipnosis y trance, Barto debía cerciorarse que en
            verdad estaba hipnotizado Aldebarán, le hizo mover un brazo hacia un
            lado, después mover la cabeza al frente y hacia atrás. Al parecer había
            sido un éxito la idea, entonces Barto prosiguió la sesión, cada vez haciendo
            caer al majestuoso ser en un aparente sueño más y más profundo, le dijo
            muy claramente; revélame dónde y cómo puedo encontrar a los otros seis
            espíritus antiguos y se acabará la pelea que estamos librando.




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