Page 110 - Los objetos del poder
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explosivas, bramaban, ladraban, relinchaban de agotamiento, miedo y
cansancio, pero eran forzados a seguir caminando.
Clorif ya estaba muy cerca de Otis, y Viktor de Taurus, se había cerrado
tanto el campo de batalla, que ya estaban muy cerca de su objetivo, más y
más guerreros caían, pero muchos seguían de pie y en constante avance,
sin una pizca de retroceso, hasta que los primeros lograron llegar a la
entrada de la cueva, de inmediato se abrió un portal que los transportó
dos kilómetros atrás, donde comenzaban los fuertes ataques naturales y
los portales místicos, los que seguían llegando a la entrada se encontraban
con un aterrador final, se abría la tierra y se volvía a cerrar, atrapándolos
bajo ella, la cueva comenzó a presentar una especie de puerta o barricada,
que se hizo instantáneamente a base de piedras y selló la entrada, los que
llegaban empezaban a destruir la roca para penetrarla, golpeándola con
sus armas y con todas sus fuerzas, pero de igual forma en sus intentos algún
fenómeno natural o extranormal terminaba derrotándolos.
Más hombres y mujeres llegaban a la entrada de la cueva, logrando
destruir la roca y apartando las ramas retorcidas que también se habían
cerrado, para darle mayor dureza a la barrera de la entrada de la cueva.
Ahora todos querían entrar y destruirla desde sus adentros, no sólo los
designados para esa tarea, puesto que sería un honor cumplir esa osadía y
derrotar a una especie de fantasma; así que los primeros barriles de aceite
y demás cargas que comenzaron a llegar a la entrada de esa cueva fueron
introducidos.
De los líderes del ejército, la primera en llegar a la entrada fue Bruu,
pasaba los 40 años de edad, por lo cual era fuerte y ágil por su juventud;
apresuraba a los guerreros para que siguieran entrando en la caverna, uno
tras otro, pero ella no se introdujo, sólo los apuraba desde la entrada, cada
vez con mayor temple y jerarquía en su voz.
En el camino horizontal de la caverna, la tierra se abrió por el centro de sus
100 metros y se volvió a cerrar, sepultando entre sus fauces a los primeros
guerreros que lograron penetrarla, más soldados entraban sin parar, pero
la segunda ocasión que estaba lleno el camino horizontal se abrió un portal
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