Page 143 - Los objetos del poder
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de Urango, a ellos se les informó que tendrían que ir al lugar más alejado,
donde no vive nadie, donde el humano no impera allí, mucho más lejos
de cualquier parte en que se extiende la gran alianza, sólo se me ocurre
un lugar similar, los casquetes polares del sur; ahí no hay huella de ningún
humano, vayan preparados con los trajes que soportan el frío, ayudarán
bastante, cuando estén en medio de la nada, abrumados por el cansancio
y la soledad, cuando ya no piensen en otra cosa más que en su mala suerte
por estar allá, ahí conocerán al espíritu que buscan. Otis, custodia muy
bien a mis hijas, las amo en demasía y aunque son fuertes y jóvenes, tú
llevas la responsabilidad de cuidarlas y protegerlas, –dijo Barto. Ustedes,
hijas amadas, ayuden al rey cuando éste lo necesite, salgan ahora los tres y
esperen instrucciones de cuándo emprenderemos la osadía.
Tocó el turno de pasar a quienes por suerte y azar debían ir a la montaña,
ellos fueron los medios hermanos Sofía y Sarto. La primera, era la melliza,
hija de Ánni; y el segundo, el hijo de Gely, que puso ese nombre en honor a
su esposo, sobra decir que también su relación de medios hermanos era más
que excelente, todos se amaban inmensamente, conviviendo desde bebés,
sin prejuicios ni discriminaciones por tener diferentes madres. A ellos se les
reveló, –ustedes hijos míos deberán subir la montaña más alta que existe en
este planeta, el Tsereve, ese pico es muy alto, deberán resistir condiciones
de un frío tremendo, vientos helados, inclusive tal vez tormentas de hielo
y la falta de oxígeno. Los trajes contra el frío los protegerán, pero también
lleven tanques de oxígeno, similares a los que usamos para respirar bajo
el agua, pero sin los flotadores, porque no los necesitarán, será muy difícil
subir con tanto equipo, ropa gruesa y alimentos; pero si dejan algo atrás,
cuando se encuentren a una altura muy elevada, casi en la cima, será mucho
peor su desempeño y odiarán su mala suerte por haber dejado las cosas,
suban con todo eso y lograrán su cometido. Sarto, tú siempre has sido
muy liberal, mi hijo el disoluto, espera a tu hermana y no la dejes sola por
andar recorriendo el lugar; deja la turisteada para otra ocasión, apóyense
uno al otro, vaya que lo necesitarán al escalar y tener que soportar brutales
heladas, que iniciarán a partir de haber terminado un tercio del camino.
Salieron ellos dos de la sala y los siguientes en pasar fueron los que irían
al volcán, eran la bina conformada por el rey Viktor, de Troza; y Brousen,
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