Page 145 - Los objetos del poder
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Las celebraciones y las fiestas continuaron, ahora sí con bastante alcohol,
            suficiente  para  embriagar  a  todo  el  reino,  quienes  tenían  dudas  sobre
            sus enmiendas, le preguntaban directamente a Barto, y si él no sabía la
            respuesta, posponía su contestación hasta hablarlo a solas con Aldebarán,
            y así poder disipar en su totalidad la duda del preguntador.


            Barto escribía y reescribía en su libro una y otra vez, enunciados para
            proteger a sus hijos, pero muchas veces la oración terminaba cambiando a
            color rojo antes de desaparecer. Debía ser muy meticuloso en qué escribir,
            porque los espíritus notarían la protección y no se mostrarían; al final la
            escritura que prevaleció borrándose en color azul fue la siguiente, todo
            aquel  que  ose, en  el  lapso de  9 meses, ir  en  búsqueda  de  los espíritus
            antiguos, sufrirá las inclemencias y adversidades que tengan que pasar, este
            texto sólo ayudará en caso de que alguno esté a punto de exhalar su último
            suspiro, salvándole la vida, aunque eso signifique no completar la misión.


            Llegó el momento al terminar las escandalosas y exasperantes fiestas, en
            que todos fueron convocados nuevamente, sólo se daría la información
            final, la fecha en que todos debían partir, en busca de su gran hazaña,
            ésta vez Albus, que previamente lo había hablado con su hijo, fue quien
            se dirigió a los aventureros, –todos partirán exactamente a las ocho de la
            mañana del séptimo día, a partir de hoy, será 21 de noviembre. Realicen
            todos los preparativos que crean convenientes en este periodo de tiempo,
            cuentan  exactamente  con una semana, culminen cualquier  labor  que
            tengan pendiente y sea urgente, aprovechen el tiempo con sus seres amados;
            éxito y suerte a cada uno de ustedes, vayan y enorgullezcan aún más a todo
            aquel que los conoce, que los ama y que los admira. El punto de partida
            será exactamente el mismo para todos, aquí en las puertas de mi castillo.
            Pilaf regresó a Arabasta, no tenía gran pizca de preocupación, él ganaría
            de cualquier modo, si obtuviera el objeto del poder para él, lo usaría para
            beneficio de su reino, amigos y aliados, y si no lograra conseguirlo para
            sí mismo, porque lo obtuviese su acompañante, sería acreedor a grandes
            fortunas por parte de Magna, enriqueciéndose aún más, sólo tenía que
            aventarse de un globo a gran altura, ni siquiera le causaba temor, porque
            Aldebarán lo salvaría en caso de alguna falla, además no le tenía miedo a
            las alturas y lo tomaba como un nuevo reto en su persona, hasta podría


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