Page 144 - Los objetos del poder
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el hijo de Daysi, ellos formaban una dupla perfecta, puesto que Viktor era
            muy pensante y asertivo, mientras Brousen era muy fuerte y grande, el más
            ancho y alto de sus hermanos. Se complementaban el uno al otro con sus
            habilidades, a ellos se les brindó la siguiente información,  –ustedes dos por
            casualidades del destino, buscarán en el volcán y conocerán al penúltimo
            ente, dentro del cráter de cualquier montaña incandescente, forzosamente
            debe ser activo; así que elijan uno que casi nunca haga erupción, pero
            que sí lance sus gases y fumarolas, busquen el que sea menos peligroso
            y bajen en él, los trajes para soportar el calor son muy pesados para la
            tarea, pero ayudarán sin dudar, podrían salvarles la vida. Cuando sientan
            el  agotamiento  y  ya  no  puedan  descender  más,  cuando  las  fuerzas  los
            abandonen, cuando los caminos se cierren y piensen que la muerte es el
            único sendero que les queda por recorrer, en ese instante se mostrará ese
            ser, pero será como una alucinación, como un espejismo, cuando tengan
            esa visión llámenlo, háganle saber que lo han visto, realícenle preguntas y
            de esa forma se mostrará por completo en su total plenitud.


            Finalmente, los últimos en recibir instrucciones fueron los que visitarían la
            naturaleza, Taurus, soberano de Runas; y Joaquín, el primer hijo de Rousse.
            Ustedes deberán ir a la selva, –les comentó Barto, donde la vegetación
            predomina por doquier, donde el calor es húmedo y poco soportable, donde
            viven desde felinos grandes como el jaguar, hasta insectos pequeños como
            un mosquito; pero deberán tener respeto por toda la vida que exista ahí,
            animal o vegetal. No pisen la diminuta flor, no maten a ningún arácnido,
            toda vida deberá ser respetada, convivan en armonía con ella, coman sólo
            los frutos de los árboles, no cacen por fácil que sea la presa; permitan vivir
            a todo ser vivo en ese lugar, inclusive a la serpiente que intente atacarlos,
            esa es la forma de ser de ese reptil ovovivíparo, y cuando logren ser uno
            mismo con la naturaleza, apreciándola y amándola tal cual es, aparecerá el
            séptimo y último espíritu otorgándoles su magnífico objeto de poder. ¿Qué
            debemos hacer entonces si somos atacados por alguna fiera?, –preguntó
            Joaquín, huyan de ella, marquen su territorio para evitar confrontaciones,
            domestíquenla, pero de ninguna manera quiten una sola vida de ese lugar,
            incluso, tengan cuidado donde  pisan o duermen, para  no lastimar  al
            brote o a la planta más pequeña que ahí se encuentre esperando crecer,
            –respondió Barto.


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