Page 146 - Los objetos del poder
P. 146
alardear de él mismo después de hacerlo, sentiría una gran adrenalina
recorrer sus venas, y la carga del temor por la aparición del espíritu que
buscan la cargaría Marco. Así que Pilaf El Grande, ante los ojos de su
pueblo, realizaría una gran hazaña que lo ratificaría como El Grande, y
obtendría ganancias por ello, sin importar cualquiera que fuese el resultado.
Él fue el más relajado de todos los exploradores, sólo debía dejarse mecer
por el viento, dedicó tiempo a su familia y reino, así como a su pueblo,
prácticamente siguió su semana de manera normal antes de su gran proeza,
lanzarse de un globo aerostático; hasta la fecha sólo los sujetos de prueba
lo habían hecho, no existía nadie de importancia que tuviera ese mérito, y
Pilaf buscaría incluso, imponer un récord por la altura más elevada posible
para lanzarse.
Marco sí se encontraba un tanto preocupado, ya era parte de la realeza,
siempre acompañaba a Barto a casi todos lados, y su rango era muy alto, le
causaba incertidumbre tener que arrojarse al abismo, sin tener la certeza
de saber si sería salvado, su vida podría terminar por nada. Ya contaba con
riquezas y familia, y en realidad, no le hacía falta un objeto de poder, ni
siquiera sabía qué podría hacer con esa reliquia, puesto que era desconocida
esa información; pero lo hecho, hecho estaba, había aceptado y se había
propuesto él mismo para la búsqueda. No quedaba más que seguir adelante
en la tarea, un caballero de su clase y rango no podía arrepentirse y negarse,
después de haber aceptado ser partícipe; de inmediato sería degradado en
su honor, puesto y estatus social, además quedaría como un cobarde ante
los ojos de casi todo aquel que lo conociera.
Él fingía valor estando con su familia, pero en realidad temblaba por
dentro, estaba muy asustado y cada día que pasaba, estaba un poco más
asustado. Por las noches al estar acostado en su cama sentía como si le
encajaran agujas en su cuerpo, todo eso por pura preocupación y nervios;
sólo su esposa que lo conocía a fondo sabía la incertidumbre y angustia
por la que pasaba su marido, podía morir dejando a sus hijos huérfanos
de padre, y a ella misma sin su querido esposo, pero comprendía que él no
podía retractarse, tenía que seguir adelante, sin derecho a revocar, ella sólo
lo consolaba y lo colmaba de puras energías y palabras positivas, llenas de
144

