Page 34 - Los objetos del poder
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del mediodía, con todo pagado por el anfitrión; la intención era que antes
            del nuevo día, los residentes ya no pudieran más, o sólo quedara el más
            tomado para  que no  recordara detalles. Así  sucedió, después de varias
            horas de ingerir bebidas alcohólicas, dos lugareños ya se habían ido, sólo
            quedaban otros dos, uno se fue al llegar la noche, y Barto aprovechó para
            darle de tomar más y más alcohol al último individuo. Ya no se podía ni
            parar, sólo balbuceaba, no se le entendía lo que hablaba, estaba a punto
            de quedarse dormido, cuando el astuto viajero le dijo; –tengo un libro del
            poder, este objeto cumple casi todo lo que escribas en él, mira, te mostraré,
            y escribió lo siguiente: cavaré un hoyo muy pequeño y encontraré una
            moneda, las letras azules desaparecieron, Barto se agachó y cavó con su
            mano muy poco, sólo quitó un mínimo de tierra; el hoyo era similar a
            uno hecho por un niño jugando, un orificio minúsculo, pero de ahí sacó
            la moneda, el pobre hombre alcoholizado ni cuenta se dio del acto, que el
            anfitrión de la embriaguez preparó para él, después Barto se dijo en voz
            baja, con esto he cumplido, nuevamente no perderé mi valioso tiempo de
            vida.


            Al día siguiente, Barto  buscó  al hombre de  la  borrachera  de  la noche
            anterior, tenía una resaca horrible y el viajante le dijo: –nos divertimos
            mucho ayer verdad, ¿te acuerdas cómo llegamos a tu casa?, el hombre le
            dijo: –no me acuerdo ni siquiera cuando nos oscureció, no sé cómo llegué
            a mi casa ni qué hora era, la verdad me pasé de tragos; con esa respuesta,
            Barto supo que su secreto estaba muy a salvo, el hombre no era capaz de
            recordar nada, de un periodo largo de tiempo, en el cual se le reveló un
            ancestral y celoso secreto del libro.


            Barto  estaba  por  irse del  reino, y habló  con Scarlet,  para  entonces  ya
            había surgido un bello sentimiento entre ellos. Le dijo: –no puedo llevarte
            conmigo, tengo un largo y peligroso camino por delante, pero si aceptas ser
            mi mujer, después mandaré a alguien por ti, esperarás a mi emisario, quien
            te llevará a mi lado. Scarlet aceptó y prometió esperar el tiempo que fuera
            necesario a su amado prometido.


            Poco antes de marcharse fue a despedirse del rey, quien lo bendijo y le
            comentó, sé que tu camino va sin rumbo, pero te sugiero ir a los demás


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