Page 62 - Empatizando. Relatos para jóvenes
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los chamacos, que les quito su dinero o su comida, que los insulto
            diciendo apodos y groserías, que les meto el pie para que se caigan,
            que les arrojo cáscaras de naranja con una liga, que les escondo o les
            quito sus cosas de la escuela. Le dijeron que encerré a un chamaco
            en  el  baño  y  que  no  lo  dejaba  salir  hasta  que  empezó  a  chillar.
            También le dijeron que escupí a un chamaco en la cara y que le
            bajé el pantalón al cuatro ojos de quinto para ridiculizarlo frente
            a sus compañeros. Le dijeron todo, y que todo lo hago con mucho
            coraje, como si lo disfrutara. Al parecer, había una lista de quejas de
            chamacos, maestros y también de varios papás. Amenazaron que
            si yo no cambiaba la forma de relacionarme con los chamacos me
            expulsarían (otra vez), de la escuela.

            Ella fue muy ruda conmigo, me gritaba, me empujaba, me amenazaba
            y me decía groserías mientras me repetía todo aquello. Hubo un
            momento en el que sentí que me entraba por un oído y me salía por
            el otro. También creo que aprendí a no escucharla cuando me habla.


            Me dijo que lo mismo hacía con mis hermanos, que siempre los
            molestaba y que ya no querían estar cerca de mí, también a todos
            los animales, que ya le habían dicho que había quemado un gato
            con gasolina. Le dijeron que destruí los recolectores de basura del
            callejón a patadas y que un día rompí todos los focos de la calle con
            un palo de escoba como si fueran piñatas, ella siguió pegándome.


            Me llamo Benito, tengo 14 años y hago bullying en la escuela y a mis
            hermanos. Sé que lo hago y que no debería hacerlo, sé que lastimo y
            hago pasar malos momentos a los otros chamacos, no sólo una vez,
            sino muchas veces. Hacerles bromas pesadas me parece en realidad
            muy divertido y siempre hay manera de hacer bromas diferentes
            para que sean inesperadas.


            Yo no sé porqué soy así, a veces creo que es algo normal, porque
            en la casa mis padres así nos enseñaron. Cuando hacíamos algo mal
            ellos sacaban la riata, gritaban, intimidaban y pegaban. Eso aprendí
            que tenía que pasar cuando yo no hiciera lo que ellos dijeran. Y eso




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