Page 90 - Empatizando. Relatos para jóvenes
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De pelos de gato




               Dicen que el gusto se rompe en géneros y a mí lo que me gusta
            son los gatos. Me siento tan atraído por ellos que…, no sé, tal vez es
            por mi personalidad reservada, independiente, libre, sin presiones,
            que me puedo dar el lujo y el tiempo de disfrutar de ellos. Prefiero
            a los gatos que al matrimonio y no me da miedo la soledad, porque
            sé que ellos siempre estarán ahí para mí.


            De ellos he aprendido muchas de esas cosas como la cautela, disfrutar
            de todos los espacios de mi casa, no tener miedo de estar solo y
            poder disfrutar de leer un libro de ciencia ficción sin que nadie me
            moleste, en mi casa acogedora y con su apapachable compañía.


            Quienes me conocen saben que soy una persona que siempre
            dice lo que siente, sea bueno o sea malo. También saben que soy
            independiente, precavido,  celoso  de mi  espacio  y  hasta  un  tanto
            misterioso.


            Pero también saben del enorme amor que siento por los gatos, sé
            que les gusto tanto como ellos a mí. Siempre sentiré una profunda
            admiración por los gatos, por su elegancia al caminar, por su
            ronroneo, por la suavidad de su pelaje, por todas las veces que se
            restriegan en mi cuerpo, por su actitud cazadora, porque traen los
            trofeos a la puerta para ver lo que son capaces de hacer.


            Sus posturas, expresiones faciales y la posición de sus orejas o su
            cola, o incluso su bigote, me hablan con tanta claridad acerca de lo
            que quieren, es como si ellos y yo tuviéramos un lenguaje secreto
            y perfecto de entendimiento. Sé cuándo están enojados, tristes,
            o cuando tienen hambre o están al acecho. Sé por ejemplo que,
            cuando mantienen las patas traseras rígidas con el trasero elevado
            y la espalda inclinada hacia abajo, hacia la cabeza, están en posición
            ofensiva y sé que cuando se ponen así, no es bueno tocarlos ni



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