Page 91 - Empatizando. Relatos para jóvenes
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tranquilizarlos, porque pondría en juego la relación que tienen
            conmigo y podría salir arañado.


            He aprendido tanto de los gatos…, convivo con ellos todo el día,
            todos los días, es sensacional, a veces siento que mi instinto felino
            me nace cuando estoy con ellos, en realidad he pensado muchas
            veces cómo sería mi vida si fuera gato o si me convirtiera en uno de
            ellos, sería fantástico.


            Yo sé más de gatos que nadie más, sé que son muy sensibles a
            ciertas plantas como las azucenas, sé que tienen una audición muy
            sensible y que no les gusta que les griten, que sus alimentos deben
            ir humedecidos, que no deben jugar con hilos enredados porque
            los puede ingerir, que les encanta la cacería y jugar a eso, que si
            les dejas comida de china libre, terminaran obesos, que la leche no
            es un alimento indicado para gatos por la grasa y la lactosa, que
            se acicalan con frecuencia con su lengua con espinas y que no les
            gustan ni los perros ni que los bañen.


            Sé también que los gatos existen desde hace 9,500 años, que aúllan
            porque quieren que estemos cerca y que no se frotan contra otro
            gato que sea inferior a ellos. Son muy listos, aprenden a leernos,
            saben cómo relacionarse con cada persona y también saben lo que
            no deben hacer.


            Sé, sin lugar a dudas, que son buenos para mi salud, mantienen sano
            mi corazón, me motivan a tener siestas, que me sirven para activar
            el estado de alerta, la memoria, la creatividad, la productividad y el
            buen humor. Unos 20 minutos de dormir acompañado de los peludos,
            es suficiente para mí. Su ronroneo me calma de forma natural
            cuando estoy ansioso o nervioso, ellos son capaces de mantener
            la calma por horas, me hacen reír de cosas que no imaginaba que
            podría reír, me han enseñado a tomar decisiones, a entender que no
            es necesario hablar de más, a observar, pensar y ponderar antes de
            decidir, como cuando suben a lugares difíciles y buscan las mejores
            formas de bajar de ahí.



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