Page 85 - Empatizando. Relatos para jóvenes
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Recuerdo una ocasión en la que iba caminando por el puente y vi una
            mujer que caminaba con la mirada perdida. No le quité los ojos de
            encima y como si fuera un imán, ella y yo nos acercamos lo suficiente
            como para abrazarnos, ella se puso a llorar desconsoladamente y
            yo sólo la contuve entre mis brazos. De rato, ella se tranquilizó,
            empezó a respirar con más calma y me dijo: —¿Sabes a dónde iba?,
            iba a aventarme del puente porque ya no quería vivir, y diciendo
            eso, volvió a llorar, la dejé. Ella no se explicaba cómo era que yo
            la había abrazado, sólo me dijo que sintió que tenía que hacerlo,
            que alguien la había enviado para quitar ese pensamiento de su
            mente. Ese día duré mucho rato platicando con ella, casi hasta que
            su energía cambió de color.

            Y hay otras cosas que me suceden que parecen sencillas pero que
            me indican cosas que debo cuidar, por ejemplo, cuando me zumba
            el oído derecho, significa que alguien quiere hablar conmigo,
            seguramente se trata de un hombre; cuando me zumba el oído
            izquierdo, se trata de una mujer; cuando veo aves volando en cierta
            posición en línea, significa precaución, algo va a pasar o algo pasó,
            esto me ocurre cuando voy en carretera; a veces cuando siento un
            vacío en la boca del estómago o que me atraganto mientras como
            algún alimento, significa que alguien que conozco tiene hambre,
            por eso cuando tengo esa sensación de inmediato les llamó a mis
            hijos para saber si ya comieron. Cuando llega una lechuza y se para
            en el árbol de eucalipto que está fuera de la casa y sólo se queda
            ahí, significa que alguien está enfermo o va a enfermar y cuando
            la lechuza canta, significa que la persona va a morir. Todas estas
            historias las he comprobado durante muchos años, es como un
            patrón muy definido.


            No, no me siento como un fenómeno, me siento como una persona
            afortunada de poder servir a otros con mi talento. Creo que he
            aprendido muchas cosas en la vida acerca de la humanidad, pero
            también acerca de mí. Sé que he tenido que aprender a leer la
            naturaleza, a leer mi cuerpo, a entender patrones. He encontrado mi
            momento del día y he aprovechado los paisajes, los atardeceres o los




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