Page 53 - Entes y apariciones entre nosotros
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El regreso a casa
Esa tarde estábamos muy emocionados por la fiesta a la que
íbamos a asistir, teníamos más de una semana de habernos puesto de
acuerdo, estaba seguro de que la pasaríamos bastante bien, puesto
que ya habíamos formado un buen grupo de amigos. Las chicas
eran tres, quienes bailaban con Marco y conmigo, así, teníamos la
diversión asegurada. Además, al ser cinco, cabíamos perfectamente
en el coche de mi amigo.
Sin embargo, ese día, el destino tenía preparado algo distinto
para nosotros. Para empezar, la tarde se puso más nublada que de
costumbre, y para acabarla, comenzó a llover como si una gran
tormenta nos cubriera, por eso pensé que esa ya no sería nuestra
fiesta. No obstante, como a eso de las 8:30 p.m., escuché el claxon
del coche de Marco, ya estaba afuera de la casa y traía a nuestras
amigas.
Así que, con mucho gusto tomé mi chamarra y me despedí de mis
papás, quienes no perdieron oportunidad para decir:
—Cuídense mucho hijo, el que vaya a manejar, que no tome. Y
yo como siempre:
—Claro que sí mamá, no te preocupes.
Salí corriendo, pues ya me habían abierto la puerta del coche para
que entrara rápidamente y no me mojara. Saludé muy contento y nos
fuimos platicando, coincidíamos en que todos habíamos pensado
que ya no iríamos, pero gracias a mi amigo, el festejo sería posible,
pues él fue quien pasó por cada uno de nosotros.
La fiesta era en la casa de un compañero que vivía en un pueblito
cercano, como a 20 minutos, y él siempre se destacaba por hacer
excelentes reuniones, así que no podíamos fallarle.
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