Page 67 - Las gañas del perro y otras historias del lado oscuro
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de Carlota casi rosaba el rostro bien definido de la madre de Fanny.
Al estar lo suficientemente cerca de ella, una mueca de horror se
dibujó en el rostro de Marisol, quien perecía tener una pesadilla.
Justo cuando los dedos de Carlota estaban a punto de tocar la mejilla
de Marisol, ésta cambió de posición quedando fuera del alcance de
Carlota, quien lentamente retrocedió y salió de la habitación.
Ya por la mañana, durante el desayuno, Fanny observaba el rostro
de su madre con curiosidad.
—¿Qué te paso en la cara madre?
—Nada, ¿por qué?
—Parece que alguien te rasguñó.
—¿De verdad?
—Sí, ¿un gato?
—No me gustan los gatos.
—¿Papi?
—No sé de qué hablas. Apúrate o llegarás tarde.
Más tarde, cuando Fanny ya se había ido a la escuela, Marisol se
dirigió al baño y revisó su rostro. Su hija tenía razón, tres pequeños
rasguños se podían observar en su mejilla derecha. En ese momento
Marisol recordó ese extraño sueño de la noche anterior. En su sueño
se veía sentada sola en una banca de un parque, lo extraño es que
no se veía a nadie alrededor. De repente, frente a sus ojos, aparecía
una niña de trenzas y con un vestido de rayas rojas y negras. Su
mirada era tierna y llena de inocencia. La niña se acercó más e
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