Page 62 - Las gañas del perro y otras historias del lado oscuro
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—Fanny, ¿qué te pasó en la mejilla?
—¿Qué?
—¿Qué te pasó en la cara?
—Nada.
—¿Cómo que nada?, ¿quién te arañó?
—No sé.
—Te he dicho que no agarres a los gatos de la calle.
—Te prometo que no he agarrado a ningún gato.
Fanny corrió al baño, y subiéndose a un pequeño banco que tenían
ahí, se miró en el espejo y notó desconcertada tres rasguños muy
superficiales que se notaban en su mejilla izquierda. De inmediato,
los recuerdos de la pesadilla de la noche anterior hicieron que
abriera los ojos como platos.
Esa tarde, después de hacer su tarea, Fanny sacó la caja de tesoros de
debajo de la cama, tomó a Carlota y la sentó en su mesa miniatura de
madera en la que solía jugar al té con sus muñecas. Se dirigió a uno
de sus cajones y sacó su juego de té de plástico rosado y comenzó a
servir la bebida caliente imaginaria a todos los presentes en la mesa.
En esa ocasión estaban presentes Godofredo, su oso blanco de
peluche, así como Manchitas, una jirafa de forma casi humana que
usaba unos shorts amarillos y una gorra del mismo color. A Carlota
la sentó en la pequeña silla que quedaba frente a ella. Toda la plática
de esa tarde fue sobre la clase de matemáticas y lo aburrida que
había sido. ¿A quién podría interesarle el resultado de dos más dos?
Fanny pensaba proponerle a la directora que los recreos fueran de
dos horas y quitar las clases de matemáticas, ya que los alumnos
preferían las clases de educación física e inglés.
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