Page 60 - Las gañas del perro y otras historias del lado oscuro
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el escondite de su nueva muñeca. Una voz en su cabeza le repetía el
mismo nombre, Carlota.
Esa noche, Fanny tuvo un extraño sueño en el que llegaba a su
escuela y, extrañamente, no había absolutamente nadie. La puerta
principal de la escuela estaba abierta de par en par y no había nadie
para recibirla. Muy confundida y sin entender qué pasaba, comenzó
a caminar por el pasillo que la llevaba a su salón de clase, abrió
la puerta y el aula estaba vacía. ¿A dónde habían ido todos?, ¿qué
estaba pasando?, todo era muy extraño.
Fanny llegó hasta su salón y abrió la puerta, miró hacia el escritorio
de su maestra, miss Miriam no estaba, pero notó que había un
libro abierto y una manzana roja junto a éste. Al acercarse más, vio
horrorizada que la manzana estaba llena de gusanos que salían por
varios orificios hechos por un aparente lápiz que se encontraba
junto a ésta. De repente, Fanny sintió que no estaba sola en el
salón de clase, volteó y miró una enorme muñeca, casi de tamaño
humano, sentada en un oscuro rincón del aula. La muñeca era igual a
la que encontró en el panteón. La cara de la muñeca parecía mirarla
fijamente y una sonrisa diabólica parecía dibujada en su cara. Fanny
intentó caminar hacia la puerta, pero sus piernas no le respondieron.
Un grito ahogado se contuvo en su garganta al mirar horrorizada
cómo la muñeca parecida a Carlota se ponía en pie y comenzaba a
caminar hacia ella. Fanny, sin poder moverse, veía cómo la enorme
muñeca se acercaba más y más. Sus ojos parecían salirse de sus
orbitas y lágrimas de terror resbalaban por sus mejillas. La muñeca
se detuvo frente a ella y levantó su mano derecha intentando tocar
su rostro. Su mano no era la de una muñeca de trapo, bajo la vieja
tela de la manga salía una huesuda mano con la piel muy avejentada
y unas enormes uñas amarillentas. Fanny lanzó un horrible grito
que hizo que su padre acudiera de inmediato a su recámara para
ver qué había ocurrido. Lalo encontró a Fanny sentada en la cama
con los ojos reflejando un miedo desmesurado y con gotas de sudor
corriendo por todo su rostro.
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