Page 56 - Las gañas del perro y otras historias del lado oscuro
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tenía enormes retratos que parecían estar pintados al óleo. Todos
los cuadros parecían ser de gente relacionada con la iglesia y tenían
una pequeña placa con un nombre y algunas fechas.
—¿Lo reconoce?, —preguntó la mujer.
—¿Perdón?, —preguntó Pedro muy sorprendido.
—Que si puede reconocer a la persona que lo trajo aquí.
—Es una broma, ¿verdad?
—No, no lo es.
A pesar de su molestia, Pedro hizo lo que la mujer le pedía, su
mirada comenzó a recorrer las paredes de la habitación que sólo era
alumbrada por un pequeño candil colgado a la mitad del techo alto.
De repente, la mirada de Pedro se detuvo en uno de los retratos. Sus
ojos no podían creer lo que veían; en uno de los cuadros estaba el
rostro del sacerdote que lo había traído hasta ese lugar. Después de
leer la placa, el taxista sintió como si algo lo golpeara en el estómago,
mientras un frío sobrenatural recorría su columna vertebral. La
placa de metal tenía escrito el nombre del Padre Carlos Chávez, su
fecha de nacimiento y la de su fallecimiento.
—Es él, ¿verdad?, —preguntó la mujer—. Lleva más de 50 años
muerto. Su historia es muy triste, se dice que asesinó a su novia
y que para compensarlo, consagró su vida a Dios, muchos
nunca creyeron en su arrepentimiento. Encontraron su cuerpo
colgado de una viga de su habitación en este convento. Usted
no es la primera persona en reportar este extraño suceso.
Lamento que haya tenido que pasar por esto, tengo un poco
de dinero que le puedo dar por todo el tiempo que ha perdido.
—No, no se preocupe —contestó Pedro—. Sólo deme unos
minutos para recuperarme de la impresión y me iré de aquí.
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