Page 52 - Las gañas del perro y otras historias del lado oscuro
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Pedro no entendía bien lo que quería decir la señora del chal oscuro,
pero siguió su consejo y dio vuelta en círculo para poder regresar
por la misma avenida por la que había llegado a esa vieja colonia.
Apenas había avanzado unos metros cuando una muy pequeña
figura oscura surgió de entre la hierba que nacía cerca del canal y
cruzó la avenida rápidamente haciendo que el taxista presionara el
freno del auto hasta el fondo. Pedro bajó del auto muy espantado,
esperando encontrarse con una trágica escena. Teniendo sólo la luz
de los faros de su taxi iluminando la avenida, Pedro se asomó debajo
del coche buscando un pequeño cuerpo o algún animal que pudiera
haber sido arrollado por él, accidentalmente. No encontró nada.
Pedro miraba en todas direcciones buscando algún indicio de lo
que lo había hecho quemar las llantas de su taxi. La avenida estaba
completamente vacía. Un escalofriante silencio se percibía en el
aire.
Pedro estaba a punto de subir a su taxi cuando algo llamó su atención.
Entre la hierba, pudo notar que un objeto metálico reflejaba la luz
de los faros de su auto. Se acercó para ver de qué se trataba. Al
retirar la hierba a su alrededor pudo darse cuenta lo que ese objeto
era, una cruz metálica.
INRI
“El cielo ya tiene un nuevo angelito”
JULIANCITO PÉREZ GARCÍA
1999—2005
Un ruido entre la hierba lo hizo retroceder. De repente, muchas risas
infantiles comenzaron a escucharse a su alrededor. Al acercarse
más para buscar la fuente de esas risas, Pedro se dio cuenta que
esa pequeña zona entre la avenida y el canal de aguas negras estaba
llena de cruces.
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