Page 39 - Preludio los días de mi juventud
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Capítulo VI
El certificado de primaria
1959 fue de grandes retos y desafíos, por una parte, me tocaba
terminar la primaria y obtener el anhelado certificado; por la
otra, consolidarme como un buen estudiante, no perder la beca y
continuar los estudios de secundaria y normal en los años siguientes.
Ante estos retos, la meta fue dedicarle la mayor parte de mi tiempo
libre al estudio fuera de clases redoblando esfuerzo y entusiasmo, a
fin de cumplir con el mapa curricular que culminaba la educación
primaria. La profesora Ma. Dolores Peña, fue asignada maestra de
6 año, todos la respetábamos y admirábamos su talento, su fina
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educación y el buen trato con todo el alumnado.
El grupo de 6 año quedó bien integrado, algunos compañeros de
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5 grado ya no regresaron, unos porque no les gustó la vida del
internado y otros porque reprobaron, no aprobaron el examen
extraordinario y tuvieron que abandonar la escuela.
Con estos antecedentes iniciamos el 6 año escolar la segunda
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semana de febrero. Recuerdo que había mucha competencia en la
clase, nadie quería sentirse menos; se tenía gran cuidado al momento
de hablar frente a los demás, de lo contrario, se exponía uno a los
comentarios chuscos.
Como ya dije líneas atrás, el grupo se integró con alumnos de
Huichapan, Xocoyucan, Jalisco, Nayarit, Roque, y otros de nuevo
ingreso que presentaron examen de admisión.
En las clases académicas, los maestros usaban la técnica del dictado
en los apuntes, no se oía ruido en las aulas sólo la voz de los
catedráticos, todos atentos a la explicación del maestro, porque en
la clase siguiente había que repetir de memoria los conocimientos
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