Page 24 - Donde vive la imaginación
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La flor del tallo doblado
Por la cortina de la ventana en la habitación de los gemelos Juan y
Miguel, bajó silenciosa una estrella. ¡Sí!, una pequeña y resplandeciente
estrella que con debilidad trató de moverlos.
La estrella, desesperada, se puso a llorar y sus gritos consiguieron despertarlos
de su profundo sueño. Somnolientos, los niños se sentaron en la cama y se
tallaron los ojos para deshacerse de las lagañas que no los dejaban ver.
Cuando finalmente abrieron bien los ojos, no podían creer lo que estaban
viendo. ¡Una estrella en su cama!, boquiabiertos se tallaron sus ojos una y
otra vez con la idea de que ésta desapareciera.
Sin pensarlo, sacudieron las sábanas provocando que saliera fugazmente
lejos de la cama. Después quedó estampada como una calcomanía
fluorescente en la pared. Mareada por el golpe se despegó y al verlos, les
suplicó que la escucharan. Los niños, entre sustos y emoción, corrieron
para verla más de cerca; creían que no era real hasta que sintieron la
calidez que emanaba de sus picos.
La estrella se presentó con el nombre de Alfa y les dijo que ella los veía
todas las noches. Sabía bien que a Juan le gustaban los dinosaurios y a
Miguel los cochecitos de carreras.
Malacara Moreno, K. E. (2022)
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