Page 56 - Donde vive la imaginación
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La Casa del Vaquero
En aquellos tiempos, el señor Pedro Botas, como todos lo conocemos,
había sido un hombre millonario, dueño de grandes empresas que se
dedicaban a la venta de veneno para ratas. Su nombre real, Pedro Ortiz
Gutiérrez.
Era un hombre de buen talle, alegre, emprendedor, sonriente y con un
alma caritativa. Le gustaba ayudar a las personas que más lo necesitaban,
con casas de beneficencia para ancianos, niños sin hogar y mujeres solteras
embarazadas.
Como él, ninguno en el mundo.
—Es una lástima que ese gran hombre haya quedado en el pasado —
me dijo mi papá.
Todos los días muy de madrugada Pedro Botas sale de su casa, al volante
de su Nissan Tsuru color blanco de transmisión estándar a recorrer las
calles.
Malacara Moreno, K. E. (2022)
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