Page 109 - El magisterio y la vida en verso y prosa
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Consumismo, sueldo y literatura




                                                     Peor que descubrir las mentiras
                                                      del socialismo, es descubrir las
                                                            verdades del capitalismo


               El señor del periódico me tiró los dos ejemplares por la ventana abierta.
            Los levanté y desde las primeras líneas de ambas portadas dejé de leer.
            No quería yo amargar mi día de asueto; no obstante, por derivación de lo
            leído no pude evitar ciertas reflexiones.


            Cuando fuimos estudiantes hace mucho tiempo, en las clases de biología
            nos  enseñaban  lo  que  en  el  orden  de  los  seres  vivos  se  conocen  como
            cadenas  alimenticias;  entonces  entendíamos  muy  bien  que  las  especies
            pequeñas, por lo general, son sustento de otras especies mayores (el pez
            grande se come al chico, el gato al ratón, etc.) sin embargo, como niños de
            primaria o adolescentes de secundaria, dependientes aún del presupuesto
            familiar, no comprendíamos con toda claridad que existían otros tipos de
            cadenas alimenticias o alimentarias, pero entonces en la raza humana, que
            operan de muy distintas maneras.


            Tuvimos  que  hacernos  adultos,  casarnos  y  tener  hijos  bajo  nuestra
            responsabilidad,  en  esta  época  de  consumismo  a  ultranza,  para  darnos
            cuenta  de  que  los  nonatos,  aún  desde  el  vientre  materno,  son  ya
            consumidores de un sinfín de cosas, objetos, muebles, etc., que el ingenio de
            algunos inventa para recibir al bebé, al rey de la casa..., y otras monsergas
            publicitarias. Lo cierto es que desde entonces, todo en nuestra vida tiene
            un  precio  a  pagar,  el  cual  crece  en  la  medida  que  nosotros  crecemos,
            considerando que algunos seres vivos monopolizan todo, nos lo presentan
            en hermosas envolturas y luego nos lo ofrecen al precio que les conviene,
            pero eso sí, pagaderos en cómodas mensualidades.


            Ahí es donde, los que dependemos de un sueldo fijo, al que estamos sujetos
            para regir nuestro presupuesto familiar, nos aferramos a él y luchamos con
            uñas y dientes para mantenerlo en el mejor nivel posible, de acuerdo al



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