Page 40 - Colección Rosita

no sale a ningún lado; doña Ñu, es una chismosa, quiere enterarse de
todo, pero no le hacemos caso, ¡no entiende que no debe hablar mal
de nadie, está como los burros! Joy, joy, joy; Kits es un amargado, le
molesta hasta el zumbido de una mosca pasando cerca de él, ¡vaya
con Kits, si tiene orejas de burro! Joy, joy, joy. Ya los conocerás, te
llevarás bien con todos.

Esos días en Burrolandia fueron muy ajetreados, descubrí mi talento, era
el baile (recordé la rutina con mis vacamigas y de la danza con Héctor), lo
puse en práctica y me prepararon para concursar en el nivel amateur de
arte, música y baile.

Estuve cerca de Zuzú, fue un amor a primera vista, recordar cuando la
perseguí, me hace sonrojar, pero lo disimulo. Soy correspondido y me
llena de alegría, aunque no puedo sacar de mi mente y de mi corazón, los
días maravillosos al lado de Héctor, allá en mi tierra, entonces, mis ojos se
empañan de lágrimas:

—¿Qué te pasa Yuyú?, me pregunta mi novia, enternecida
mordisqueando mi oreja (le encanta hacerlo) —¿no eres feliz aquí?

—Sí, lo soy, pero siento añoranza por mi llano, por mi dueño, por mi
hogar, ¡era tan feliz, disfrutando la salida del sol por las mañanas,
nadando en las aguas de nuestro río!, ¡porque ahí todo era mío!

—Te entiendo, pero, ¡aquí también todo es tuyo! Cierro los ojos y
escuchó:

—¡Y el primer lugar es para… Yuyú!, en baile moderno, un aplauso
por favor, pase para ponerle su medalla.

Zuzú me empuja, pero no sé porqué, me resisto a abrir los ojos, me vuelve
a empujar:

—Espera un momento Zuzú, deja lo asimilo, es el primer premio que
recibo.

Parpadeo varias veces. Zuzú me vuelve a empujar.

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