Page 41 - Colección Rosita
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—¡Yuyú, Yuyú!, ¡vamos!, ya casi es la hora, ¡vamos, el sol ya no tarda
en llegar!
Escucho la voz de Héctor a lo lejos.
¿Héctor?, ¡Héctor!
Abro los ojos y veo a mi risueño amo palmeándome el lomo:
—¡Vamos Yuyú, ya casi es la hora!
Rebuzno para espabilarme y con alegría, salgo con mi dueño.
¡Todo fue un sueño!
—¡Ya no traeremos leña, ahora sí, nomás a divertirnos!, —con agilidad
sube a mi lomo.
La imagen de Zuzú llega a mi mente, ¡también fue un sueño! Bueno, ya
llegará a mi vida una linda burrita. Aquí en mi hogar, ¡soy feliz!
Salimos al campo, a lo lejos, veo a la burrita despectiva que un día perseguí.
Con timidez, se acerca a nosotros.
—Discúlpame, fui muy prepotente y presumida, la verdad, me gusta
estar cerca de ti, dice con humildad.
—¡No pasa nada! Ven, vamos a recibir al sol, a divertirnos, por cierto,
¿Cómo te llamas?
—Zuzú.
Héctor grita feliz y nosotros, rebuznamos con alegría cuando el sol aparece.
Estoy convencido, todos tenemos un talento, los sueños se pueden hacer
realidad. Soy feliz en mi tierra, en mi hogar. Después de todo, ¡los burros
somos maravillosos!
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