Page 125 - Los objetos del poder
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sólo decir su nombre; resulta que hace algunos siglos, en mi vida
                  pasada, yo era una mujer y mi nombre era Pilar.


                  En ese  entonces  tu  antecesor  y homólogo portador  del  libro, no
                  había cumplido con una de las reglas del manual, revelar el secreto
                  una vez al año, por lo que perdió cinco años de vida, y la sensación
                  que sintió lo llenó de temor y pánico. Por coincidencia yo pasaba por
                  ahí, y al verme, de inmediato me reveló toda la información, con la
                  esperanza de que ese tiempo volviera a él; dentro de la muestra que
                  me dio sobre el poder del libro, me brindó la oportunidad de invocar
                  a Aldebarán con tan sólo mencionarlo, mi yo mujer del pasado y un
                  excelente hombre, sentamos lo que ahora es el reino de Arabasta, a
                  pesar de mi muerte y siglos después de mi renacimiento, esa escritura
                  nunca se borró, por eso aún soy capaz de llamarlo.


                  Siempre quise persuadirte de la guerra porque siento afecto por ti y
                  por él, no es grato observar cómo se baten dos buenos amigos, pero
                  no me escuchaste, y si te revelaba esa información antes de la guerra
                  podías tacharme de enemigo, aliado de Aldebarán, por ello decidí
                  callarlo hasta ahora. Barto lo comprendió muy bien, escuchó con
                  esmero, aunque no dejaba de estar atónito por la noticia, agradeció
                  la sinceridad de su similar y a partir de ahí comenzó una nueva y
                  reforzada amistad entre los tres grandes personajes.


            Los nuevos hijos de Barto por fin nacieron, las mucamas iban y venían con
            agua tibia y toallas, Gely fue la primera en dar a Luz, ella tuvo un varón, el
            cual fue llamado Helor; la segunda en parir fue Scarlet, teniendo una niña
            a quien llamaron Lucero; prosiguió en el orden la reina Bruu, que trajo al
            mundo a un niño, Fortus; la cuarta reina en alumbrar fue Ánni, ella dio a
            luz a una dama, a la cual llamó Anna, por sugerencia de su viril esposo, en
            honor a ella misma; la siguiente fue Rousse, teniendo un hombre que fue
            nombrado Kanus; la penúltima reina en aliviarse fue Dayana, ella dio a luz
            a una niña a quien llamaron Mariana; y la última fue Daysi, que también
            tuvo una niña, Rita, con un tiempo al concebirse de casi nueve meses del
            primer hermano a la última hermana.




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