Page 127 - Los objetos del poder
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además de que es un gran aliado en cualquier situación, no es una amenaza
de los reinos.
Ya restaurada la paz y teniendo a la guerra en la memoria sólo como un
recuerdo del pasado, llegó la hora de la gran pregunta, ¿dónde están los
otros espíritus antiguos y sus objetos de poder?
Barto se dio tiempo en sus quehaceres, tomó su libro y llamó a
Aldebarán, éste ya sabía el motivo de la invocación, pero aún así
preguntó, –¿qué se te ofrece Barto?, el emperador reaccionó
diciéndole, –es hora de que tengamos una larga charla, te ruego no
te vayas hasta que terminemos de dialogar.
Aldebarán aceptó, después mencionó,–¿de qué quieres platicar tan
a fondo?, –la respuesta ya la sabes amigo mío, platicaremos sobre
tus homólogos espíritus, sus reliquias de poder y dónde puedo
encontrarlos, hace tiempo me dijiste que ya me habías dado esa
respuesta, pero que yo no había escuchado, para serte franco no
recuerdo ese momento ni esa preciada información; y al terminar la
guerra mencionaste que me repetirías de nueva cuenta esa pesquisa;
cuéntame todo lo que sabes, quiero saberlo todo con lujo de detalles,
no omitas nada por favor apreciable amigo mío, yo te escucharé
con toda mi atención y no te interrumpiré en ningún momento,
cuando termines te preguntaré las dudas que tenga al respecto, para
esclarecer toda la averiguación y despejar por completo mis ideas, mi
mente y todos mis pensamientos.
El poderoso ente inició su monólogo, –existen preguntas que no
te puedo revelar acerca de este delicado tema, tú debes descubrir
esas respuestas con los otros seis espíritus vetustos, pero te revelaré
información ultrasecreta que nunca antes he mencionado a ningún
otro humano, hace mucho tiempo, cuando me preguntaste dónde
radicaban mis otros similares, yo te contesté justamente estas
palabras, –busca en la inmensidad del cielo, por las profundidades
de la tierra, por la lejanía del amplio océano, por todo lo ancho y
largo de mundo donde radicas, en lo más alto de la mejor montaña,
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