Page 122 - Los objetos del poder
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particularidades que los hacían únicos, irrepetibles y muy diferentes a sus
            demás hermanos.


            Barto sintió que era el momento de hablar con Aldebarán, el espíritu que
            nunca quiso una contienda y que incluso perdonó la vida del ejército que
            intentó destruir su morada. Sacó su libro de entre sus pertenencias y llamó
            escribiendo, mi amigo Aldebarán, esta vez sí fue sincero, a excepción de la
            vez anterior en que también lo invocó diciéndole amigo.


                  ¿Qué es lo que deseas Barto?, –preguntó el ser ancestral y ahora
                  mitológico (ya todos hablaban de él y sus poderes), quiero sincerarme
                  contigo, no es mi deseo importunarte más, sé que hice mal al tratar de
                  enfrentarte, tú sólo me pagaste con bondad y respeto, nunca quisiste
                  asesinar a nadie, siempre me diste ventajas e incluso las oportunidades
                  de desistir, hasta el final me dejaste salvar a mis hombres y mujeres,
                  te lo agradeceré infinitamente, y me disculpo por todos mis actos
                  que hayan conllevado maldad en tu contra, amigo mío, es hora de
                  apoyarme en ti y dejar que seas mi soporte, mi aliado y mi consejero,
                  nunca más mi enemigo o verdugo.

                  Acepto  tus  disculpas,  –respondió  Aldebarán,  yo  no  soy  amigo  de
                  los mortales, pero puedo llegar a llevarme muy bien con ellos en el
                  transcurso que dure su corta vida si me lo permiten; creo que a partir
                  de hoy tu inteligencia y mi sabiduría no se confrontarán jamás, y
                  reiniciaremos una mejor relación.


                  Ahora es el  momento  de  que  sepas una gran  verdad, en  nuestra
                  pelea te dije que no habías visto ni siquiera la mitad de mi poder, en
                  realidad no tuviste oportunidad de observar ni un décimo de él, eres
                  inteligente y comprenderás rápido el porqué, si yo desatara mi furia,
                  se destruiría todo tu planeta, ahora te explico los detalles, es una
                  enorme reacción en cadena.


                  Para que exista un terremoto deben moverse unas porciones muy
                  grandes de tierra que se llaman placas tectónicas, éstas están debajo
                  de todo lo que pisas, si esas placas gigantes de tierra las muevo a


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