Page 126 - Los objetos del poder
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Todo prosperó de nuevo, había felicidad y júbilo en Magna por el
nacimiento de los nuevos príncipes y princesas, el comercio recobró fuerza
por completo, mejorando todos los sectores de la nación. A parte los lugares
más alejados de la alianza comenzaban a hablar el idioma universal,
con clara ayuda de la maestra Gabriela que recorría aquellos inhóspitos
e inaccesibles lugares, todos se comunicaban con mayor fluidez y labia,
mejorando la facilidad del idioma, creciendo de ese modo, la gran alianza.
Llegó el momento de explicar a los soldados lo acontecido en la guerra,
no debían saber toda la verdad, pero merecían una explicación acerca del
espíritu con el que pelearon, a todas partes se giró el siguiente escrito: a
cada uno de los soldados que peleó en la guerra contra el espíritu llamado
Aldebarán, es necesario que sepan porqué comenzó la contienda. En un
principio, al enterarse los reyes sobre la existencia de ese ser, creyeron
que querría destruirnos; fue necesario mucho tiempo de planeación y
estrategia para saber de su morada y algunos detalles más, como su manejo
a voluntad de la madre naturaleza, esto era un grave problema porque
bastaba que quisiera atacar, para destruir todo a su paso, por ello fue
necesario tomar medidas de seguridad y estar alerta. Al crecer los conflictos
entre el emperador, líder supremo de la gran alianza de pueblos, ciudades
y reinos, y el extraño ente, se procedió a acabar con él; pero durante la
batalla ese ser, mostró amabilidad y nulas intenciones bélicas, al final se
pactó la tregua, estando totalmente seguros de que no es una amenaza,
puesto que perdonó la vida de todos los que están leyendo este mensaje.
Ese espíritu desapareció para nunca más volver, ese fue el acuerdo, se les
agradece valientes guerreros por lidiar en el arduo enfrentamiento, todos
ustedes merecían saber esta verdad.
El mensaje era totalmente falso, pero se esclarecía porqué inició la guerra
y cómo terminó, además de que el espíritu era benigno y se iría para
siempre; con ello, se calmarían las inquietudes que pudieran existir en las
mentes de los soldados a cerca del milenario ente, y se mantenía la unión
entre los guerreros.
La gran verdad es que Barto y Pílaf se consideran amigos de Aldebarán,
y los otros reyes saben sobre la existencia y poderes que tiene el espíritu,
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