Page 121 - Los objetos del poder
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Capítulo 7
                                     Un nuevo comienzo



               Pílaf en su reino se enteraba de las noticias directamente por uno de los
            contendientes, Aldebarán. Le contaba todo con lujo de detalles y aunque
            nunca quiso matar a nadie, hubo muchos guerreros que sí perdieron la
            vida, Pílaf preguntaba por sus amigos y compañeros, Aldebarán le aseguró
            que todos ellos estaban bien, mandó ayuda a todos los reinos, indicando a
            sus subordinados que se pusieran a la orden de los reyes durante un mes
            completo, para facilitar el trabajo en todos los sentidos; en los grandes
            lugares aliados ahora abatidos, sabían a la perfección que después de una
            guerra sobrevienen, pobreza, carencias y dificultades en diversas áreas, no
            permitiría la desolación ante las adversidades de las crueles circunstancias
            venideras.


            Poco más tarde todos se recuperaban de sus laceraciones, las reinas de
            Barto y sus hijos no lo dejaban solo ni por error, le recitaban poemas,
            se escuchaban canciones, únicamente  querían  estar  con su amado y
            asegurarse de que estuviera bien, también ayudaban intensamente a todo
            aquel que se pudiere, no sólo los lesionados necesitaban ayuda médica,
            todos los sectores estaban debilitados por la guerra, como lo predijo Pílaf
            El Grande, alfareros, carpinteros, peluqueros, artesanos y demás, en todos
            lados había necesidades qué cubrir.


            Tuvieron que pasar cuatro trimestres para que todo comenzara a regresar
            a la normalidad, el comercio se regularizaba con fuerza y con él, todos los
            sectores se iban beneficiando lenta y paulatinamente.

            Barto en ese tiempo ya había fecundado a sus reinas, esta vez con más
            tiempo de diferencia en la gestación una de la otra, porque no usó el libro
            para que todos los hijos nacieran en días continuos. La primera reina, Gely
            ya estaba muy avanzada en su embarazo, mientras que la última, Daysi,
            apenas se enteraba de que se encontraba encinta, por el gran retraso de
            su menstruación. Los hijos mayores del emperador ya tenían sus 15 años
            de  edad,  todos  eran  fuertes,  hábiles  y  veloces,  aunque  también  tenían


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