Page 20 - Los objetos del poder
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la única forma de volver a subir en terreno plano (la cuerda) pensó dos
opciones: la primera, volver a subir y sólo haber perdido su tiempo; o
la segunda, continuar, sabiendo que la escalada sería casi imposible, sin
algo seguro a qué sujetarse. Pero era valiente y aventurero, así que decidió
la segunda opción, no se detendría hasta llegar al fondo. Con muchos
problemas siguió su travesía, y la segunda antorcha pereció, aunque las
filtraciones seguían, sabía que prácticamente su fuente de agua no se
agotaría, los demás recursos se iban extinguiendo, primero la soga y ya sólo
quedaba una antorcha, estaba más que consiente que esa antorcha no era
suficiente para subir todo el camino que había bajado, por ello, parte del
trayecto debería escalar a obscuras, pero su instinto lo empujaba a seguir
bajando, aunque eso significara subir totalmente a obscuras, sólo apoyado
de su memoria, recordando dónde podría pisar para ascender.
Bajó y bajó, hasta que la tercera antorcha por fin se apagó. Habían pasado
veinticuatro horas desde que comenzó a descender, y aunque no tenía
cómo medir todo lo que había bajado, estaba seguro que ya eran algunos
kilómetros. Caviló y se dijo, me tomará mucho más tiempo subir, de lo
que tardé en bajar, mi ración alimentaria soportará, pero si continúo este
camino pondré en riesgo mi vida, así que hizo la prueba de lanzar una
piedra pequeña contra las paredes y escucharla, para su sorpresa la roca
chocó varias veces, pero esta vez, sí se escuchó que terminó su caída en un
supuesto suelo.
Se llenó de júbilo y se apresuró a bajar, efectivamente, llegó después de un
tiempo a obscuras al fondo de la larga cueva, tocó con sus manos las paredes
y siguió un sendero horizontal, muy pocos decámetros después vio a lo
lejos una pequeña luz, como la flama de una lámpara, siguió caminando
y observando, y a manera que se acercaba, la flama era más notoria.
Finalmente llegó a una especie de sala redonda, la cual se apreciaba muy
bien por la flama azul que alumbraba en el centro, ahí estaba flotando como
si nada, sin razón aparente, Barto la observó y analizó detenidamente,
con paciencia y un poco de intriga, no existía razón lógica para que ese
fuego continuara levitando y mantenerse prendido sin combustible, pasó
su mano rápidamente por la flama para no quemarse e investigar el porqué
de ese suceso, y al hacerlo, la flama creció para desaparecer por expansión.
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